Aislamiento y Refractario
El aislamiento refractario de una caldera es crucial para mantener su eficiencia y seguridad operativa.
Este material resistente al calor cubre las superficies internas de la caldera, ayudando a reducir la pérdida de calor y mejorando la transferencia térmica hacia el fluido de trabajo, lo que optimiza el uso de combustible. Además, el aislamiento protege la estructura de la caldera de las altas temperaturas, previniendo deformaciones y daños que podrían reducir su vida útil.
Un aislamiento refractario en buen estado minimiza la pérdida de energía, contribuye a la seguridad del equipo y permite un funcionamiento más eficiente y rentable.